La verdad, siempre pensé que era una persona visual, pero cuando tomé un curso de lectura rápida, me di cuenta de que aprendo más rápido leyendo de manera ágil. Este descubrimiento me sorprendió, ya que pensaba que mi estilo de aprendizaje se centraba más en lo visual, pero al practicar la lectura rápida, pude comprobar que mi capacidad para procesar información mejora al leer a un ritmo más rápido. Esto me ha permitido ser más eficiente y aprovechar mejor mi tiempo de estudio.
Es como si en mi mente se formara un coro que me guiara, llevando el texto palabra por palabra, frase por frase. De alguna manera, esa "voz interior" me ayuda a seguir el ritmo de la lectura rápida, como si cada palabra estuviera siendo cantada o destacada por este coro mental, lo que me permite asimilar la información de manera más fluida y rápida. Esta experiencia me ha permitido darme cuenta de que, en realidad, mi mente puede procesar de forma más eficiente cuando sigo este flujo dinámico, en lugar de quedarme estático con cada palabra.
