En una situación pasada, quedé atrapada en la zona de estrés mientras aprendía un nuevo lenguaje de programación: la presión por terminar rápido, la frustración ante errores y el no pedir ayuda me bloquearon. Para evitarlo en el futuro, aplicaré tres actitudes clave: 1) Dividir el problema en partes pequeñas para avanzar sin abrumarme, 2) Ver los errores como oportunidades de aprendizaje en lugar de fracasos, y 3) Pedir ayuda o tomar pausas para ganar perspectiva. Así, podré pasar más rápido a la zona de aprendizaje, donde el desafío se convierte en crecimiento en lugar de estrés.