Para una oportunidad laboral, me asignaron tareas en un programa que ya conocía, pero en el que no tenía mucha experiencia. Me contrataron por mis habilidades en otros programas, pero no sabía bien cómo aplicarlas en esta nueva herramienta. Como resultado, los primeros entregables no cumplieron completamente con las expectativas. Pasé horas practicando por mi cuenta, pero con el tiempo entendí que algo que podría haber cambiado desde el inicio era pedir una guía o apoyo a algún colega con más experiencia.