Al inicio del curso, me sentí abrumada por la cantidad de trabajo y las expectativas. En lugar de organizarme, me bloqueé y el miedo a no hacerlo bien me hizo procrastinar. El estrés me mantenía atrapada, y cuanto más lo intentaba, más difícil parecía todo.
Actitudes para la próxima vez:
Organizarme mejor: Dividir las tareas en partes más pequeñas para no sentirme tan abrumada.
Aceptar los errores: Entender que equivocarse es parte del proceso y no dejar que el miedo me paralice.
Hacer pausas: Tomarme un tiempo para descansar y desconectar, para volver con más claridad y energía.