Recuerdo una vez en la universidad cuando tenía que presentar un proyecto técnico frente a un panel de expertos. Me sentí completamente atrapada en la zona de estrés porque dudaba de mi conocimiento y temía cometer errores al explicar detalles técnicos. Lo que me dejó atrapada fue mi autocrítica constante y la presión de intentar ser perfecta, lo que bloqueaba mi capacidad de concentrarme en lo esencial: transmitir mi idea.
Lecciones aprendidas y 3 actitudes para la próxima vez:
-Preparar un plan estructurado: Dedicar más tiempo a ensayar y organizar la información de manera clara para sentirme más segura. -Aceptar que los errores son parte del proceso: En lugar de enfocarme en la perfección, priorizaré la comunicación efectiva y el aprendizaje. -Practicar técnicas de relajación: Usar ejercicios de respiración o mindfulness antes de enfrentar situaciones de alto estrés para mantenerme en calma y enfocada. Compartir estas experiencias me ayuda a crecer, y estoy convencido de que aplicar estos cambios me permitirá moverme con mayor rapidez hacia la zona de aprendizaje.