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Desafío: cómo pasar para la zona de aprendizaje

Piensa en una situación de aprendizaje que hayas vivido y que tuviste dificultad en salir de la zona de estrés. ¿Cómo fue esa situación? ¿Qué te dejó atrapado en la zona de estrés? Ahora lista 3 actitudes diferentes que puedes tener en la próxima vez para no cometer los mismos errores y pasar rápidamente a la zona de Aprendizaje. RESPUESTA: Recuerdo una situación en la que debía presentar un proyecto importante ante mis colegas de la oficina. La presión por hacerlo bien me llevó a un estado de estrés intenso. Me sentía atrapado porque temía el juicio de los demás y me preocupaba no cumplir con las expectativas. Factores que Contribuyeron al Estrés Miedo al Fracaso: La idea de no ser capaz de comunicar mis ideas efectivamente me paralizaba. Autoexigencia: Me impuse estándares muy altos, lo que aumentó mi ansiedad. Falta de Preparación: No dediqué el tiempo suficiente para prepararme, lo que alimentó mi inseguridad. Siendo una situación de trabajo, solución llegó a través de las siguientes actitudes y me tuve que preparar bien en ellas: Preparación Adecuada: Dedicar tiempo a practicar y organizar mis ideas para sentirme más seguro en mis presentaciones. Mentalidad Positiva: Adoptar una actitud de aprendizaje, recordando que el error es parte del proceso y no un reflejo de mi valía. Técnicas de Relajación: Implementar ejercicios de respiración o meditación antes de las presentaciones para calmar mis nervios.

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Hace poco pase por una situación sentimental muy difícil, donde me baje de peso, estuve con mucha ansiedad, momentos de estrés,inseguridad. Sali de ahí pensando primero en mi salud mental, enfocada en crecer tanto como persona y académicamente. Para no cometer los mismos errores principalmente debo confiar en mi misma, ser mas independiente y disfrutarme cada momento de la vida.

Karen, me permito analizar tus palabras y concuerdo contigo en que a veces, cuando atravesamos situaciones difíciles, como esa experiencia sentimental, puede parecer que las emociones nos abruman. La tristeza, la ansiedad y la inseguridad son como olas en el océano: vienen y van. Permítete sentir esas olas, sabiendo que, con el tiempo, aprenderás a navegar mejor en esas aguas.

Ahora, piensa en la confianza en ti misma. Puede ser útil recordar que cada pequeño paso que das hacia adelante es un ladrillo en la construcción de esa confianza. Imagina que cada meta que alcanzas, por pequeña que sea, es como una semilla que plantas. Con el cuidado adecuado, esa semilla crecerá y florecerá.

La independencia emocional es una danza hermosa. Puedes aprender a disfrutar de tu propia compañía, a encontrar alegría en tus pasiones y en esos momentos de soledad. Cuando te cuidas y te permites disfrutar de ti misma, te vuelves más fuerte y más segura.

Tal vez te gustaría explorar la atención plena, esa práctica de estar presente. Cuando comes, prueba a saborear cada bocado, a notar las texturas y los sabores. En esos momentos, te regalas la oportunidad de experimentar la vida de una manera más profunda y significativa.

A veces, nuestras inseguridades están ligadas a creencias que hemos adoptado. Pregúntate, en esos momentos de duda: "¿Es esto realmente cierto?" Al desafiar esas creencias limitantes, puedes abrir espacio para nuevas posibilidades.

Visualiza cómo sería tu vida si te sintieras completamente segura y plena. Cierra los ojos e imagina cada detalle, cómo te sentirías, cómo actuarías. Esa imagen puede convertirse en una guía que te impulse hacia adelante.

Y si alguna vez sientes que el camino es desafiante, recuerda que no estás sola. Hablar con un profesional puede ser un paso poderoso. Ellos pueden ofrecerte herramientas y perspectivas que te ayudarán a avanzar.

Finalmente, la gratitud puede ser una luz en tu camino. Cada día, tómate un momento para reflexionar sobre lo que tienes, por pequeño que sea. Esa práctica puede transformar cómo ves tu vida y las experiencias que vives.

Confía en que este viaje de autodescubrimiento y crecimiento es un proceso. Con cada paso que das, estás más cerca de la vida que deseas. Y recuerda, está bien avanzar a tu propio ritmo, disfrutando del viaje a medida que se despliega ante ti.