Mi experiencia con la zona de estrés y el aprendizaje
Una situación de aprendizaje que me llevó a salir de mi zona de confort ocurrió cuando comencé a trabajar en un proyecto de ciencia de datos para predecir el estadio de un tipo de cáncer. Al inicio, me enfrenté con múltiples desafíos: entender los datos clínicos, seleccionar las variables correctas y construir un modelo robusto, todo mientras lidiaba con la presión de no cometer errores por la sensibilidad del tema.
Lo que me dejó atrapado en la zona de estrés fue:
- La falta de confianza en mis conocimientos: Dudaba constantemente si estaba haciendo lo correcto, lo que me llevó a paralizarme en algunos momentos.
- El miedo a no cumplir con las expectativas: Sentía que los resultados tenían que ser perfectos, lo que aumentaba mi ansiedad.
- La tendencia a querer resolverlo todo solo: Me costó pedir ayuda cuando la necesitaba, lo que prolongó mi proceso.
3 actitudes que tomaré la próxima vez para evitar quedar atrapado en la zona de estrés:
- Dividir el problema en pasos manejables: En lugar de tratar de abarcar todo de una vez, me enfocaré en resolver un paso a la vez y celebrar cada avance.
- Aceptar que cometer errores es parte del aprendizaje: Recordaré que cada error es una oportunidad para mejorar, no una falla personal.
- Buscar apoyo y retroalimentación a tiempo: Pediré ayuda a compañeros, mentores o expertos sin esperar hasta sentirme abrumado.