Piensa en una situación de aprendizaje que hayas vivido y que tuviste dificultad en salir de la zona de estrés. ¿Cómo fue esa situación? ¿Qué te dejó atrapado en la zona de estrés?
Recuerdo una vez cuando trabajaba en un proyecto de programación web para una clase. El proyecto tenía una fecha límite ajustada, y me asignaron implementar una funcionalidad que no dominaba del todo: la integración de una base de datos con una interfaz de usuario. Me sentí abrumada porque, aunque entendía los conceptos básicos, no tenía suficiente práctica para implementarlos y menos bajo presión. Esto me llevó a entrar en una zona de estrés, ya que no sabía por dónde empezar, y cada error en el código me hacía sentir más bloqueada.
Una de las principales cosas que me dejaron en la zona de estrés fue que no había adquirido la suficiente practica en la integración de bases de datos antes del proyecto, lo que me hizo sentir insegura al enfrentarme a este proyecto. Otro error que tuve fue que no planifique de manera correcta los pasos para resolver el problema y trate de hacer todo de una sola vez. También cada que algo no me daba los resultados que yo esperaba en el primer intento me frustraba, ya que buscaba el perfeccionismo de algo que apenas y estaba entendiendo.
Ahora lista 3 actitudes diferentes que puedes tener en la próxima vez para no cometer los mismos errores y pasar rápidamente a la zona de Aprendizaje.
1.- Dividir el problema en partes manejables: En lugar de intentar resolver todo de una vez, puedo desglosar el problema en pasos más pequeños. Por ejemplo, primero configurar la base de datos, luego conectar la interfaz, y finalmente depurar errores.
2.- Aceptar que cometer errores es parte del proceso: Reconocer que equivocarme es normal y forma parte del aprendizaje. Esto me permitirá ser más paciente y tolerar tanto cuando algo no funcione de inmediato.
3.- Prepararme mejor antes de enfrentar el reto: Dedicar tiempo a aprender y practicar los conceptos clave antes de abordar tareas complejas. Esto me dará mayor seguridad y reducirá la sensación de incertidumbre.
Reflexión final:
Experimentar la zona de estrés puede ser frustrante, pero también es una oportunidad para aprender más sobre mis propias limitaciones y cómo superarlas. Entender que el estrés a menudo proviene de la falta de preparación, la mala gestión del tiempo o el miedo al error me ayuda a replantear mi enfoque.
Al aplicar estrategias como dividir las tareas en pasos más pequeños, aceptar los errores como parte del proceso, etc. puedo transformar el estrés en un impulso hacia el aprendizaje. Lo importante es recordar que cada desafío es una oportunidad para crecer y que siempre hay formas de abordar los problemas de manera más efectiva y tranquila.