Cuando me preparé para postular a la universidad me di cuenta que mis habilidades estaban por debajo de mi meta; el hecho de que cuando estaba en colegio era muy bueno y nunca necesitaba estudiar como tal para aprender un tema, hizo que por orgullo no aceptara mi realidad. Entonces después de de dos procesos fallidos de admisión, encontré este problema. Empecé a pactar horas de estudio, desarrollando preguntas, etc. Al inicio eran de 30 min, un tiempo desafiante para mí en entonces, luego podía estar hasta 3 a 4 horas motivado por mi propia cuenta. En conclusión, el reconocer mi propia insuficiencia fue la clave para poder superarme.