Situación: Cuando comencé la universidad, me encontré en un ambiente completamente nuevo, lleno de personas desconocidas, con un nivel de exigencia académica mucho mayor y una gran cantidad de información y tareas por manejar. La presión de adaptarme rápidamente y el miedo a no estar a la altura de las expectativas me mantuvieron en una constante zona de estrés.
Qué me dejó atrapado en la zona de estrés:
Miedo a lo desconocido: La incertidumbre sobre lo que esperaba y cómo gestionar el cambio. Exigencias académicas: La carga de trabajo y el alto nivel de competencia. Falta de una red de apoyo: No tener inicialmente un grupo de amigos o compañeros con quienes compartir la experiencia. Tres Actitudes para la Próxima Vez Planificación y Organización:
Qué hacer: Crear un horario detallado y un plan de estudio semanal. Por qué: Ayuda a manejar la carga de trabajo de manera más efectiva y reduce el sentimiento de estar abrumado. Ejemplo: Utilizar herramientas como calendarios digitales o aplicaciones de gestión de tareas para dividir las tareas en partes manejables. Buscar Apoyo y Conectar con Otros:
Qué hacer: Unirse a grupos de estudio, participar en actividades extracurriculares y buscar mentores. Por qué: Formar una red de apoyo proporciona un sentido de comunidad y ofrece recursos adicionales para el aprendizaje. Ejemplo: Asistir a eventos de orientación, unirse a clubes universitarios o utilizar las horas de oficina de los profesores para aclarar dudas. Desarrollar Habilidades de Manejo del Estrés:
Qué hacer: Practicar técnicas de manejo del estrés como la meditación, el ejercicio regular y mantener un equilibrio entre el estudio y el ocio. Por qué: Estas prácticas ayudan a mantener la mente clara y el cuerpo saludable, lo que es esencial para el rendimiento académico y el bienestar general. Ejemplo: Reservar tiempo cada día para actividades relajantes como caminar, leer por placer o practicar yoga.
