En su momento, me costó entender el trabajo de grado de mi profesión en la Licenciatura en Educación Física. La situación que me tenía en un estrés constante era un proyecto que hacía por obligación y no porque me gustara, lo que convertía el conocimiento en algo forzado. La presión y la falta de interés genuino hicieron que me sintiera atrapado en la zona de estrés, dificultando mi progreso y aprendizaje efectivo.
Para futuras situaciones similares, he identificado tres actitudes diferentes que puedo adoptar para no cometer los mismos errores y pasar rápidamente a la zona de Aprendizaje:
Buscar una conexión personal con el proyecto: En lugar de ver el trabajo como una obligación, encontrar un aspecto del tema que me apasione o que pueda relacionar con mis intereses personales para aumentar mi motivación y reducir el estrés.
Dividir el proyecto en tareas manejables: Establecer metas pequeñas y alcanzables dentro del proyecto grande, lo que me permitirá ver el progreso y mantenerme motivado sin sentirme abrumado.
Solicitar apoyo y feedback constante: No esperar a estar demasiado estresado para pedir ayuda. Buscar consejo de profesores, compañeros o mentores desde el inicio y a lo largo del proceso para asegurarme de que estoy en el camino correcto y obtener diferentes perspectivas.
Estoy seguro de que estas actitudes me ayudarán a transformar futuras experiencias de aprendizaje en oportunidades de crecimiento personal y profesional.