Recientemente, en el marco de mi curso de inteligencia computacional, me vi enfrentado a la tarea de desarrollar un proyecto basado en la creación de una red neuronal. A pesar de la excelencia de las clases proporcionadas por el docente, experimentaba dificultades para comprender completamente la temática. A medida que se acercaba la fecha de entrega, me sumí en un estado de estrés, ya que temía no ser capaz de llevar a cabo el proyecto, dado que no percibía un progreso significativo en mi comprensión del tema.
En un esfuerzo por superar esta situación, opté por explorar tutoriales en línea y videos relacionados con la temática del proyecto. Durante este proceso, me sumergí activamente en la información adquirida, aplicando los conocimientos proporcionados por mi profesor y los recursos en línea. Poco a poco, me di cuenta de que realmente estaba aprendiendo, y en ese momento, el estado de estrés que experimentaba disminuyó, transformándose en una sensación de satisfacción. Comprendí que mi método de aprendizaje se fundamenta en la aplicación práctica de los conceptos que asimilo.