Enfocarse en el proceso de aprendizaje, no en los resultados: en lugar de preocuparte por obtener una calificación perfecta o impresionar a los demás, enfócate en aprender y mejorar continuamente. Centra tu atención en el proceso de aprendizaje en lugar del resultado final, y celebra cada pequeño logro.
Practica la autocompasión: a menudo somos demasiado críticos con nosotros mismos y nos juzgamos de manera muy dura. Practica la autocompasión y recuerda que el aprendizaje es un proceso gradual y que cometer errores es normal. Trátate con amabilidad y comprensión, como lo harías con un buen amigo.
Busca apoyo y orientación: no tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. Busca apoyo de tus amigos, familiares o compañeros de clase, o busca orientación de un profesor o tutor. A veces, solo hablar con alguien puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad y a obtener una nueva perspectiva sobre la situación.