Situación de aprendizaje: Imagina que estás estudiando para un examen importante, pero no logras concentrarte y empiezas a sentir ansiedad. Te pones a repasar el material, pero te resulta difícil absorber la información, y conforme pasa el tiempo, la sensación de estrés aumenta. Estás atrapado en la zona de estrés, donde el miedo y la ansiedad bloquean tu capacidad de aprender de manera efectiva.
Lo que te dejó atrapado en la zona de estrés: Probablemente, el miedo a no rendir bien en el examen, la presión por obtener buenos resultados y el volumen de información por aprender te dejaron en un estado de tensión. La sensación de que “no tienes suficiente tiempo” o que “no puedes aprender todo” puede haber aumentado tu ansiedad y dificultado la concentración.
3 actitudes para salir de la zona de estrés y entrar a la zona de aprendizaje:
Establecer metas pequeñas y alcanzables: En lugar de intentar aprender todo de una vez, divide el contenido en partes más manejables. Establecer metas claras y alcanzables para cada sesión de estudio puede ayudarte a reducir la sensación de abrumo y aumentar tu confianza.
Practicar la respiración o meditación para calmar la mente: Tomarte unos minutos para hacer respiraciones profundas o una breve sesión de meditación puede ayudarte a reducir el estrés y mejorar tu enfoque. La relajación física y mental facilita la concentración y el acceso al aprendizaje.
Aceptar la imperfección y el proceso de aprendizaje: En lugar de presionarte por obtener la perfección, intenta adoptar una mentalidad de crecimiento. Acepta que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje y que lo importante es avanzar, no ser perfecto desde el inicio.