La situación de aprendizaje que recuerdo con dificultades para salir de la zona de estrés fue cuando intenté aprender a tocar un nuevo instrumento musical. Me sentí abrumado por la cantidad de información que debía aprender, desde la técnica para sostener el instrumento correctamente hasta los acordes y la lectura de partituras. Me sentí presionado por querer aprender rápidamente y no tener suficiente tiempo para dedicarle.
Me quedé atrapado en la zona de estrés porque me estaba enfocando demasiado en los errores que cometía, lo que me impedía disfrutar del proceso de aprendizaje. Me estaba juzgando a mí mismo de manera crítica y no estaba prestando atención a las pequeñas mejoras que hacía. También estaba comparándome con otros músicos más experimentados, lo que me hizo sentir inseguro e inferior.
Para evitar cometer los mismos errores en el futuro y pasar rápidamente a la zona de aprendizaje, puedo adoptar las siguientes actitudes:
Ser más compasivo conmigo mismo: En lugar de ser crítico conmigo mismo, puedo practicar la autocompasión y ser más amable con mis errores. Al hacer esto, puedo permitirme experimentar y aprender sin juzgarme negativamente.
Enfocarme en pequeñas mejoras: En lugar de buscar perfección de inmediato, puedo enfocarme en pequeñas mejoras y celebrar cada paso que doy. Al celebrar los pequeños éxitos, puedo motivarme a seguir practicando y mejorando.
Establecer metas realistas: En lugar de esperar resultados inmediatos, puedo establecer metas realistas y alcanzables para mi proceso de aprendizaje. De esta manera, puedo reducir la presión que siento y disfrutar más del proceso de aprendizaje.