Mis principales barreras de aprendizaje son tanto físicas como emocionales. A nivel físico, me distraigo fácilmente con el celular, las redes sociales y las notificaciones; además, las interrupciones del entorno —entre el trabajo, la casa y mi familia— hacen que no siempre tenga un espacio adecuado para concentrarme. A nivel emocional, una de mis mayores dificultades es el mindset fijo: cuando algo me cuesta, tiendo a pensar que no tengo la habilidad para aprenderlo. También me afecta cargar con preocupaciones personales y laborales que me quitan enfoque, y a veces siento miedo frente a los cambios que implican crecer y salir de mi zona de confort.