Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
0
respuestas

Desafio: Atrapado en la zona de estrés

¿Cómo es que podría pasar de una zona de estrés a una zona de aprendizaje?

En primer lugar, en mi criterio deberíamos replantearnos el método de aprendizaje que estamos empleando. Enuncio a continuación un ejemplo: Cuando vamos a entrenar en el gimnasio y algunos quieren ganar masa muscular, por más peso que le pongan a un ejercicio o por más constantes que sean, si no priorizan mantener una buena técnica, la probabilidad de que avancen es muy poca, e incluso en muchos de los casos terminan retrocediendo de su objetivo, ya que terminan lastimándose.

En segundo lugar, muchas veces ese estrés se genera de pensamientos como "Aún no he empezado a estudiar porque me da pereza estudiar, pero aun así necesito aprender eso porque a futuro me afectara en tal cosa…" Nos da miedo o pereza comenzar algo nuevo mayormente cuando se trata de algo más que nada conceptual, por ello deberíamos comenzar con algo pequeño, no digo que no soñemos en grande, pero deberíamos comenzar con algo pequeño, como por ejemplo empezar a estudiar por lo menos 15 minutos al día e ir incrementándolo a lo largo del tiempo.

Y en Tercer lugar, sugeriría planear nuestras actividades, lo cuento como experiencia propia, cuando no realizaba un horario para mi día a día mantenía un estado de estrés mayor, ya que se me olvidaba realizar algunas cosas y luego cuando las recordaba hacer, ya era muy tarde, así que me estresaba porque me había olvidado hacerlas y ya no podía hacer nada, así que es recomendable hacer un horario, así sea con las cosas más mínimas, suena algo bobo, pero incluso yo hasta coloco en mi horario a que hora debo cepillarme los dientes o tomarme una pasta, claramente no todas las veces se puede hacer al pie de la letra esta rutina, pero al menos te ayuda a recordar que cosas tienes que hacer frecuentemente sin que se te olvide, luego incluso tu mismo ya te vas memorizando la rutina porque aquellos pequeños hábitos que vas desarrollando se vuelven frecuentes que luego que pueden convertir en grandes habilidades.