Supongamos que alguien está aprendiendo a tocar un instrumento musical, como el piano, y está teniendo dificultades para dominar una pieza complicada para una presentación importante. La presión del tiempo y el deseo de perfeccionismo pueden llevar a esta persona a experimentar estrés, lo que dificulta su capacidad para aprender y mejorar.
Para superar esta situación, aquí hay tres actitudes que podrían ayudar a la persona a salir rápidamente de la zona de estrés y entrar en la zona de aprendizaje:
Practicar la autocompasión: En lugar de ser duro consigo mismo por no dominar la pieza de inmediato, la persona puede practicar la autocompasión y recordarse a sí misma que está en un proceso de aprendizaje. Reconocer que es natural cometer errores y que el progreso lleva tiempo puede ayudar a aliviar la presión y el estrés.
Tomar descansos regulares: En lugar de intentar practicar la pieza de manera continua durante horas, la persona puede adoptar la actitud de tomar descansos regulares. Tomarse un tiempo para relajarse, estirarse o hacer algo diferente entre las sesiones de práctica puede ayudar a reducir el estrés y mantener la mente fresca para el aprendizaje.
Enfocarse en el proceso en lugar del resultado: En lugar de obsesionarse con la perfección de la presentación final, la persona puede centrarse en el proceso de aprendizaje en sí mismo. Dividir la pieza en partes más pequeñas y trabajar en mejorar cada sección individualmente puede hacer que el proceso sea más manejable y menos abrumador. Enfocarse en el progreso incremental y disfrutar del viaje del aprendizaje puede ayudar a reducir el estrés y fomentar un ambiente más propicio para el crecimiento y la mejora.