Muchas veces, incluso desde pequeños, en algunos casos, estudiamos y estudiamos sin parar, pero al final no nos preguntamos: ¿Para qué estudio? ¿Será para conseguir a futuro un trabajo y mejorar mi economía? O… ¿Será porque me apasiona adquirir nuevos conocimientos? Debemos trazarnos una meta a futuro, porque entonces, como decía anteriormente en el curso, no importa qué tan rápido corras si no tiene un sentido, una dirección a la cual llegar.