Es normal salir de nuestro centro de labores y no poder desconectarnos del todo, pero hay que aprender que no podemos llevarnos la oficina a casa, durante mucho tiempo, era de los que estaba mentalmente en el trabajo unas 2 horas antes de llegar, revisaba correos desde casa, llamaba a mis compañeros para saber como iba el día y poder estar preparado antes de llegar, incluso respondía los correos estando de vacaciones. Una de mis responsables me dio un llamado de atención y me hizo saber que si bien era muy bueno en mi trabajo, ningún esfuerzo va a ser suficiente si comprometía mi salud física y mental, porque teniendo afectadas cualquiera de las 2, mi capacidad no sería la misma. Después de muchas luchas internas pude aprender a desprenderme de esa sensación de culpa por no hacer más fuera de mi horario de trabajo, empecé a darme pequeños gustos como ir a una exposición de arte, dar paseos cortos o simplemente caminar para desconectar debidamente, ahora no hay manera de que lleve algo de carga laboral a casa, termino todo lo que debo y puedo en la oficina y no me cargo con algo que puedo gestionar al día siguiente. Mucha gente piensa que ponerse la camiseta es hacer jornadas de 12 horas y trabajar en casa, ponerse la camiseta es gestionar de manera correcta en tiempo y forma, ayudar a tus compañeros y ser responsable de lo que debes hacer. Un gerente en una entrevista de trabajo me dio uno de los mejores consejos, me dijo: si yo fuera un genio y te pudiera conceder 3 deseos que pedirías, le respondí: entender mejor a mi novia, que mi madre y hermano regresen del extranjero, tener mi familia junta, a lo cual me respondió: eres la persona que estamos buscando, pero este trabajo no es para ti, porque tu tienes claro el valor de la familia y además el tiempo que le dedicas al trabajo, nunca lo vas a recuperar para tu familia. Nuestro activo más importante es el tiempo y nosotros tenemos la obligación de darle el valor adecuado. ¿Crees que le das el valor adecuado a tu tiempo?