Además de combinar teoría y práctica, otros hábitos clave para convertirse en un Lifelong Learner incluyen el networking activo, buscar un mentor y diversificar las fuentes de aprendizaje. El networking permite conectar con personas que comparten intereses y conocimientos, facilitando el intercambio de ideas y oportunidades de aprendizaje continuo. Buscar un mentor proporciona guía y experiencia directa, acelerando el desarrollo personal y profesional. Además, el estudio de diferentes fuentes, como libros, cursos en línea, podcasts y experiencias prácticas, amplía la perspectiva y enriquece el conocimiento, fomentando una mentalidad abierta y adaptable frente al cambio constante en diversas áreas de interés. Estos hábitos no solo fortalecen la capacidad de aprender de manera continua, sino que también cultivan una base sólida para la innovación y el crecimiento a lo largo de la vida.