A ver, la verdad es que la charla nos dejó pensando que aprender es un rollo muy personal. Si Alice se estaba volviendo loca porque no entendía nada leyendo libros mientras sus amigos ya tenían sus proyectos listos, es porque cada cabeza es un mundo. Ella no estaba "mal", es que su forma de aprender es diferente.
Es como cuando te dicen que hay mil dietas, pero no todas funcionan para todos. Con el aprendizaje es igual. Uno puede ser el típico que se traga un libro de 500 páginas y lo entiende todo (¡qué envidia!), mientras que otro necesita ensuciarse las manos, desarmar algo y volverlo a armar para que se le prenda el foco.
La clave aquí es conocernos a nosotros mismos. Si sabes que eres de los que necesitan hacer para entender, de nada te sirve pasarte horas viendo videos de YouTube si al final no vas a practicar. Y si eres de los que necesitan reflexionar un montón después de una clase, no te presiones a "tenerlo claro" al instante.
Al final, de lo que va esto es de ser un poco más compasivo con uno mismo cuando se trata de aprender. No hay una única "mejor" forma de aprender; la mejor forma es la tuya. Y una vez que descubres si eres acomodador, divergente, convergente o asimilador, ¡la vida se te hace un poquito más fácil! Puedes buscar las experiencias que de verdad te ayuden a "hacer click" y dejar de frustrarte por no aprender como "deberías".