Mi enfoque de aprendizaje se caracteriza principalmente por ser convergente. En mi proceso de desarrollo y ejecución de ideas, tiendo a ponerlas en práctica inicialmente y, en caso de encontrar obstáculos o resultados menos favorables, me embarco en una búsqueda activa de medios y herramientas para mejorar y optimizar esas ideas. La capacidad de ver directamente el impacto de mis acciones me brinda una comprensión tangible y valiosa de los conceptos que estoy explorando.
Sin embargo, a lo largo de mi trayectoria, he reconocido la importancia de adaptarme y complementar mi enfoque convergente con elementos del estilo acomodador. En situaciones donde la adquisición de conocimientos teóricos y la comprensión de conceptos más complejos son esenciales, he abrazado la flexibilidad necesaria para absorber nueva información a través de clases y videos disponibles en diversas plataformas educativas.
Esta adaptación al estilo acomodador me ha proporcionado un acceso más profundo a teorías y conocimientos especializados que no siempre pueden ser explorados únicamente a través de la aplicación práctica. Incorporando esta diversidad en mi enfoque de aprendizaje, he logrado fusionar la experiencia práctica con un entendimiento más sólido y estructurado de los fundamentos teóricos.
Al amalgamar estas dos perspectivas, he creado un enfoque híbrido que me permite aprovechar lo mejor de ambos mundos. La naturaleza convergente me impulsa a la acción y la mejora constante, mientras que la adaptación al estilo acomodador enriquece mi base de conocimientos, ofreciéndome una visión más completa y equilibrada en mi viaje de aprendizaje. Esta combinación ha demostrado ser valiosa al abordar desafíos complejos y en la expansión continua de mi comprensión y habilidades en diversos contextos.