Tanto el sueño adecuado como el ejercicio regular son componentes esenciales para maximizar el aprendizaje. Estos hábitos no solo impactan la salud general, sino que también potencian la capacidad cognitiva y la retención de información. Integrar un sueño de calidad y una rutina de ejercicios en la vida diaria puede mejorar significativamente el rendimiento académico y la capacidad de adquirir nuevos conocimientos.