Cualquier exceso es malo.
El control, llevado a un extremo, causa incertidumbre entre los "controlados" y la incertidumbre causa desconfianza.
La desconfianza se filtra hacia todas las áreas de un grupo humano. Llegando a crear "enemigos" comunes, que a su vez genera fanatismo y el objetivo central de pierde.
Es importante cultivar lazos entre los integrantes de un equipo. Que se deje bien establecido que todos y todas pueden sentirse libres de opinar y proponer. Más aún, motivar la participación.