Crear y mantener hábitos efectivos requiere un enfoque estratégico y consistente, consiero que para poder establecer un nuevo hábito, es fundamental comenzar con pequeños pasos que sean alcanzables en la rutina del día a día, de esta manera, definir metas claras y medibles puede proporcionar una dirección clara, y asociar el hábito con acciones existentes facilita su integración en la vida cotidiana. Así mismo, la consistencia juega un papel crucial en la formación de hábitos; ejecutar la acción en momentos específicos del día y establecer recordatorios contribuyen a su arraigo.