Una buena práctica para organizar tu código es crear una nueva rama para cada aula o sección del curso. Esto te permite trabajar en cambios específicos sin afectar la versión principal del proyecto.
Al hacerlo, puedes mantener el desarrollo estructurado, asegurarte de que cada modificación se realiza de manera independiente y facilitar la revisión de avances. Además, si en algún momento necesitas regresar a una versión anterior, tendrás un historial claro de cada etapa del proceso.
Una vez que completes los cambios en una rama, puedes integrarlos con la versión principal para consolidar el progreso. Así, conservarás un registro ordenado de tu evolución sin riesgo de perder información importante.