Crear un mindset de crecimiento significa entrenar nuestra mente para creer que las habilidades pueden desarrollarse con esfuerzo, práctica y persistencia, en lugar de pensar que nacemos con talentos fijos. Para lograrlo, es importante adoptar estrategias conscientes que nos ayuden a cambiar la forma en la que respondemos al error, al reto y al aprendizaje.
Dos posibilidades que vimos en el curso y cómo aplicarlas en mi día a día:
- Reemplazar el juicio con la curiosidad
¿Qué significa? Cuando algo no me sale bien, en lugar de decirme “no sirvo para esto”, practico decir: “¿Qué puedo aprender de esto?” o “¿Qué haría diferente la próxima vez?”
¿Cómo lo aplico?
Si estoy haciendo una presentación, receta o actividad educativa y cometo errores, en lugar de frustrarme, analizo qué parte puedo mejorar.
Anoto lo que aprendí y lo uso como base para la siguiente vez. Esto me permite crecer con cada intento.
- Celebrar el esfuerzo y no solo el resultado
¿Qué significa? Reconocer que cada paso que doy para aprender o mejorar es valioso, aunque no llegue al resultado perfecto de inmediato.
¿Cómo lo aplico?
Me felicito por organizar mis tiempos, grabar un video, crear un juego o diseñar una receta aunque no quede “perfecto”.
Llevo un diario breve de “pequeños logros” al final del día o la semana, para recordarme que estoy avanzando.
Si algo no sale como esperaba, en lugar de rendirme, reconozco el esfuerzo y hago ajustes.