La construcción de nuevo conocimiento se puede comparar con la construcción de un muro:
cada concepto o habilidad nueva representa un bloque que se suma a la estructura general. A medida que aprendo, voy agregando esos bloques de forma progresiva y sólida.
Este proceso requiere base, orden y constancia. No se puede construir un muro sin una base firme, ni colocar bloques al azar. De igual manera, para aprender una nueva habilidad, es necesario adquirir conocimientos previos, practicarlos, reforzarlos y construir sobre ellos poco a poco.
Cada bloque que incorporo representa un paso más hacia los objetivos de aprendizaje o metas profesionales que me he propuesto, como dominar una tecnología nueva o resolver problemas más complejos en mi campo.