Tuve compañeros de trabajo que preferían Atender tareas menores y poco importantes de la oficina, como leer o enviar correos electrónicos, arreglar todo el día su escritorio o su archivo o resolver inconvenientes nada urgentes, con tal de no enfrentar la tarea principal y más relevante que era realizar la actividad misional de su cargo y de le empresa.
Sabemos que o existe una respuesta sencilla a cómo dejar de procrastinar, en parte porque no se tiene una causa fácil de identificar que motive este sentimiento. Sin embargo, un cambio significativo en la manera de pensar o aproximarse a la tarea en cuestión casi siempre puede ser un inicio de la solución del problema.