Me doy cuenta de que el aprendizaje es un proceso profundamente personal y dinámico, influenciado por mis motivaciones, experiencias previas y la forma en que percibo y proceso la información. Entender mi Ikigai me ha ayudado a conectar mis intereses con un propósito más claro, lo que refuerza mi compromiso con el aprendizaje. Además, reconocer mis experiencias significativas me ha permitido valorar cómo ciertos momentos han moldeado mi manera de entender el mundo. La teoría de Kolb, en particular, me ha dado herramientas para identificar mi estilo de aprendizaje y entender que el conocimiento no es lineal, sino un ciclo constante de acción, reflexión, teoría y aplicación.