Imagina que estás construyendo una casa. Si usas el método Waterfall, sería como tener un plan super detallado con cada paso, desde los cimientos hasta la pintura. Necesitas tener todo listo antes de empezar a construir. Si quieres cambiar algo, como agregar una habitación, necesitas volver a empezar desde el principio.
Ahora, imagina que usas Agile. Sería como construir la casa en etapas, empezando con lo más importante, como el cuarto y el baño. Luego, puedes ir agregando otras habitaciones según tus necesidades y prioridades. Si necesitas cambiar algo, puedes hacerlo sin tener que volver a empezar desde cero.
En Agile, la retroalimentación es como tener un arquitecto que te dice qué funciona y qué no. Puedes usar esta información para mejorar tu casa en cada etapa.