Me parece muy acertado el enfoque de Adriana. A veces creemos que la disciplina es simplemente "hacer las cosas porque sí", pero en realidad es una herramienta que puede ayudarnos a construir hábitos sostenibles. La clave no está solo en querer cambiar, sino en tener una estrategia concreta para hacerlo.
Por ejemplo, dividir los libros por mes no es solo una forma de organización, sino un método para transformar una intención vaga ("quiero leer más") en una rutina real. Coincido con que hay que desarrollar un hábito a la vez y dar tiempo a que se consolide. Si uno quiere cambiar todo de golpe, lo más probable es que no sostenga nada.
También es importante tener paciencia. La disciplina no es sinónimo de rigidez, sino de constancia.