1. Cambiar la percepción sobre los errores
- Ver los errores como oportunidades: Piensa en cada error como una lección para aprender. En lugar de evitar equivocarte, busca qué puedes mejorar.
- Reflexión regular: Al final del día o de un proyecto, reflexiona sobre lo que salió bien y lo que puedes hacer mejor.
- Celebrar los intentos: Aplaude el hecho de intentarlo, incluso si el resultado no fue perfecto.
2. Creer en el poder del esfuerzo
- Reconocer el progreso: Valorar los pequeños avances, incluso si el objetivo final aún está lejos.
- Aprender estrategias nuevas: Cuando algo no funcione, busca formas alternativas de abordar el problema en lugar de rendirte.