- Ver el feedback como una oportunidad para mejorar y no como una crítica personal. Debemos poner esto en práctica solicitando retroalimentación de nuestros compañeros de trabajo, amigos o mentores y utilizando esa información para identificar áreas de mejora y trabajar en ellas.
- Adoptar una actitud resiliente frente a las dificultades y ver los obstáculos como oportunidades para aprender y crecer. En la práctica diaria, esto implica no rendirse cuando enfrentamos un problema difícil, sino buscar diferentes enfoques y soluciones hasta superarlo.