Recientemente me enfrenté a una situación de aprendizaje desafiante mientras intentaba automatizar aplicaciones móviles para un proyecto con un plazo de entrega. El objetivo era automatizar ciertas funcionalidades dentro de una aplicación móvil. Al principio seguí los mismos métodos que nos enseñaron e incluso utilicé IA como ayuda, pero la automatización no funcionaba como yo esperaba. Esto fue muy frustrante y me generó mucho estrés. La presión del plazo y que a pesar de mis esfuerzos no conseguía el resultado que deseaba y para empeorar las cosas, el emulador de Android dejó de funcionar, lo que añadió otra cosa por la que preocuparme y retraso aún más mi progreso mientras trataba de solucionar el problema.
Luego comprendí con ayuda de una persona que iba a seguir estresada si me encaprichaba en que tenía que funcionar como yo quería, si seguía adhiriéndome a ese único enfoque no iba a darle solución o terminar mi trabajo, porque estaba siendo muy inflexible lo que no me permitía explorar otras soluciones alternativas.
Otro factor que hacia que estuviera en la zona de estrés, era la presión del tiempo lo que me dificultaba pensar con claridad y creatividad. Además, los problemas técnicos que no tenía previstos consumieron demasiado tiempo y aumento mi sensación de agobio.
Al final tuve que cambiar mi rumbo y mi solución al trabajo a una solución completamente distinta a la que tenía en mente en un principio, pero pude cumplir con éxito los requisitos del proyecto. Esto me enseño que no siempre hay una única solución para un problema y debo tener en la mira diversos planes en lugar de quedarme estancada.