Fue durante un proyecto de desarrollo web complejo donde me vi lidiando con una nueva API para la que no encontraba documentación clara. La frustración creció exponencialmente porque, a pesar de mis esfuerzos y de intentar varias soluciones, el código simplemente no funcionaba como esperaba. Me sentí atrapado en la zona de estrés por la presión del tiempo y por mi propia exigencia de resolverlo solo y rápidamente. Me obsesioné con cada línea de error, cayendo en un bucle de intentar lo mismo con pequeñas variaciones, en lugar de dar un paso atrás y buscar una estrategia diferente o pedir ayuda. Esa rigidez mental y el miedo a "perder tiempo" fueron lo que me mantuvieron estancado.
Actitudes para no volver a caer en lo mismo:
Priorizar la perspectiva sobre la perfección inicial: En lugar de sumergirme inmediatamente en los detalles técnicos y buscar la solución perfecta, me obligaré a tomar unos minutos para entender el panorama general del problema. Haré un esquema mental o en papel de las posibles causas y las rutas de solución más lógicas antes de escribir una sola línea de código. Esto me permitirá abordar el desafío de forma más estratégica, evitando la frustración de ir a ciegas.
Activar la "regla de los 15 minutos de frustración": Si me encuentro atascado en un problema por más de 15 minutos sin un progreso claro, detendré lo que estoy haciendo y buscaré ayuda de inmediato. Ya sea consultando a un compañero, un foro especializado o la documentación (incluso si está en otro idioma y requiere traducción). Reconocer a tiempo que necesito un punto de vista externo o una pista clave es crucial para desatascarme y ahorrar tiempo valioso.
Adoptar una mentalidad de "iteración rápida y fallos controlados": En vez de buscar la solución definitiva de una vez, abordaré los problemas complejos mediante pequeños experimentos controlados. Haré cambios mínimos, probaré, aprenderé del error (o del éxito) y luego repetiré el proceso. Esto reduce la presión de "no fallar" y convierte cada error en una oportunidad de aprendizaje tangible, permitiéndome avanzar de forma incremental y salir del bucle de estrés.