Aceptar que no necesito saber todo desde el inicio: Recordarme que aprender lleva tiempo y está bien pedir ayuda.
Dividir el problema en pasos pequeños: En vez de intentar dominar todo de golpe, enfocarme en aprender una parte a la vez.
Practicar la autocompasión: Cambiar el diálogo interno de “no soy suficiente” por “estoy en proceso, y eso está bien”.