Hace unos años, en una capacitación sobre metodologías ágiles, asumí un rol de liderazgo inesperadamente. No me sentía lo suficientemente preparado, y esto me generó estrés al enfrentar preguntas técnicas complejas y gestionar las expectativas del grupo. Lo que me dejó atrapado en la zona de estrés fue:
El miedo a equivocarme frente a un grupo que confiaba en mi conocimiento. La falta de preparación previa para manejar preguntas fuera del guion. La presión de querer hacerlo perfecto desde el principio. 3 actitudes para la próxima vez: Aceptar que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje.
En lugar de enfocarme en evitar errores, recordar que son oportunidades para crecer y que nadie espera perfección inmediata. Prepararme para la improvisación.
Aunque no se puede prever todo, puedo practicar responder preguntas desconocidas con calma, utilizando frases como: "Déjame buscar más información para darte una respuesta completa." Fomentar una mentalidad de colaboración.
Ver el grupo no como una audiencia crítica, sino como compañeros de aprendizaje. Esto me ayudará a relajarme y a invitar ideas o soluciones colectivas.