Estaba estudiando para un examen de cálculo vectorial y me sentía totalmente perdido. Todo era nuevo para mí y no lograba comprender nada. La frustración empezó a apoderarse de mí y me sentí tan estresado que parecía que no podría entender el tema nunca.
No obstante, logré superar este estado de ánimo tomando un breve descanso y reflexionando sobre los beneficios que me aportaría adquirir esta nueva habilidad y cómo podría aplicarla en mi vida diaria. Incluso llegué a imaginar que hablar sobre cálculo podría ser un tema interesante en una conversación.
Basándome en mi experiencia, te propongo tres actitudes que podrían ser aplicables a otras situaciones similares:
- Identificar los beneficios tanto a corto como a largo plazo que nos proporcionará el aprendizaje de una nueva habilidad.
- Tomar descansos regulares y aplicar técnicas como la técnica Pomodoro para mejorar la concentración y el rendimiento
- Vincular la experiencia de aprendizaje con nuestras aficiones, como la comida o la música, y establecer objetivos diarios que nos motiven a seguir adelante. Además, podemos premiarnos a nosotros mismos una vez cumplidos estos objetivos