Hace no mucho viví una experiencia desafiante en la universidad, durante uno de los cursos finales. Se nos encargó desarrollar una aplicación completa en equipo con un compañero. Al inicio lo tomamos con entusiasmo: el proyecto tenía un propósito claro y representaba un reto interesante, aparentemente de dificultad moderada.
Sin embargo, a medida que avanzábamos y manteníamos reuniones con el Product Owner, los requerimientos comenzaron a alejarse considerablemente de mi zona de confort. El desafío creció rápidamente y, con ello, también mi ansiedad. Me sentía abrumado y poco capaz de cumplir con las expectativas. En vez de intentar avanzar, me bloqueaba; no sabía por dónde empezar ni cómo abordar el proyecto. Me encontraba atrapado en una zona de estrés que me paralizaba.
Tres actitudes que asumí para superar esa situación:
- Esa vez logré salir del bloqueo al hablar con amigos con mayor experiencia en programación. Me orientaron técnicamente y me ayudaron a elegir las herramientas adecuadas. En próximos proyectos, lo haré desde el primer indicio de dificultad, sin esperar a sentirme desbordado.
- Recordar que mi meta era terminar la carrera me ayudó a recuperar perspectiva. En lugar de dejarme llevar por el agobio del momento, entendí que aprobar el curso era un paso esencial. La próxima vez, anclaré mi motivación en mis objetivos personales desde el inicio.
- Decidí avanzar todos los días, incluso si solo podía enfocarme en aspectos de diseño. Esta constancia, aunque modesta, fue clave para recuperar el control. En el futuro, me concentraré en dar pequeños pasos diarios en lugar de esperar a tener claridad total antes de actuar.
Gracias a estas actitudes y al trabajo colaborativo con mi compañero, logramos finalizar el proyecto con éxito. Esta experiencia me dejó una lección clara: muchas veces, lo que me frena no es la dificultad del reto, sino pensar demasiado, no pedir ayuda a tiempo y perder de vista el propósito. Aunque no llegué a experimentar un estado de flow, sí logré transformar una situación de ansiedad en una de mayor dominio y confianza.