Hace unos cuantos años atrás opté por aplicar cambios radicales en mi vida empezando por la alimentación y así convirtiendome en vegetariano. También añadí rutinas de ejercicio, meditación, pausas activas en el trabajo, lectura y escuchar audios de desarrollo personal. Todo esto me brindó una temporada de mi vida llena de energía en la cuál no tenía problema en levantarme temprano y acostarme a tiempo.
Todas las mañanas me levantaba como una nueva persona. Con el tiempo fui dejando atrás estás actividades y por ende mi nivel de energía disminuyó notablemente a tal punto de haber llegado en un momento que el simple hecho de estar un par de horas sentado frente a una pantalla me causaba gran estrés tanto físico como emocional, no lograba conciliar bien el sueño, recurría a redes sociales para calmar mi ansidad, hacía mil cosas a la vez y ninguna terminaba. Dejé muchos proyecto iniciados y muchos libros sin terminar de leer.
Estoy en una nueva temporada de mi vida en la cuál estoy hallando mi propósito de vida lo cuál me llena mucho de emoción y a la vez de energía por iniciar un nuevo día. Aunque reconozco que aquellos momentos llamados bajones de energía también les he aprendido a ver el lado bueno para así entender que soy un humano, sonreír y agradecer por todo lo aprendido, lo que estoy aprendiendo y aquello que falta por aprender. Gracias!