Como profesional no licenciada, al comenzar a trabajar como docente en una institución pública para estudiantes de secundaria, enfrenté una situación desafiante al intentar explicar conceptos de matemáticas de una manera accesible para los estudiantes. La experiencia me dejó atrapada en la zona de estrés por varias razones:
No tenía formación ni experiencia previa en técnicas de enseñanza, lo cual me hizo sentir insegura sobre cómo transmitir eficazmente el conocimiento.
Los estudiantes tenían diferentes niveles de comprensión y ritmo de aprendizaje, lo que dificultaba mantener a todos comprometidos y al mismo nivel.
Manejar el comportamiento de los estudiantes y mantener un ambiente de aprendizaje productivo fue más difícil de lo esperado.
Para evitar cometer los mismos errores y pasar rápidamente de la zona de estrés a la zona de aprendizaje, podría adoptar las siguientes actitudes:
Dedicar tiempo a preparar materiales y recursos didácticos que sean comprensibles y atractivos para los estudiantes. Usar ejemplos prácticos y visuales que faciliten la comprensión de los conceptos complejos.
Estar dispuesta a adaptar el enfoque y los materiales según el nivel de comprensión de los estudiantes. Utilizar diferentes métodos de enseñanza, como trabajo en grupo, actividades prácticas, y tecnología educativa para captar el interés de todos.
Participar en cursos y talleres de formación docente para mejorar mis habilidades pedagógicas y aprender nuevas estrategias de enseñanza. Esto incluye técnicas de gestión del aula y métodos de evaluación efectivos.