Se utiliza para definir la apariencia y el diseño de un sitio web, separando el contenido HTML de su presentación. Permite aplicar estilos como colores, fuentes, márgenes y disposición de los elementos en una página. A través de reglas CSS, se seleccionan los elementos HTML y se les asignan propiedades específicas, lo que mejora la estructura visual sin modificar el contenido.