La disciplina crea un entorno propicio para el crecimiento y el aprendizaje. Al igual que los hábitos, la consistencia y la responsabilidad son esenciales. Establecer límites y normas ayuda a desarrollar autocontrol y responsabilidad. Además, la automatización del aprendizaje se logra mediante la disciplina. Al seguir reglas y prácticas, internalizan conocimientos y habilidades de manera más efectiva.