Este artículo analiza la pirámide de Glasser como un modelo para comprender cómo aprenden los niños. La pirámide se compone de cinco niveles, cada uno de los cuales representa un tipo diferente de aprendizaje:
- Hacer (95%): El nivel más importante, donde los niños aprenden a través de la experiencia práctica y la experimentación.
- Discutir (30%): Los niños aprenden al hablar sobre sus experiencias y compartir ideas con otros.
- Ver (50%): Observar a otros y modelar su comportamiento es una forma efectiva de aprendizaje para los niños.
- Escuchar (20%): Los niños aprenden escuchando instrucciones, explicaciones y conversaciones.
- Leer (10%): La lectura es una herramienta valiosa, pero no es el método de aprendizaje más efectivo para todos los niños.
Según la pirámide de Glasser, los niños aprenden mejor cuando están activamente involucrados en el proceso de aprendizaje. Por lo tanto, es importante crear experiencias de aprendizaje que sean prácticas, dinámicas y que fomenten la interacción y la colaboración.
En resumen:
La pirámide de Glasser ofrece una perspectiva útil sobre los diferentes estilos de aprendizaje de los niños. Los educadores y padres pueden utilizar este modelo para crear experiencias de aprendizaje más efectivas y personalizadas para cada niño. Es fundamental involucrar activamente a los niños en el proceso de aprendizaje para maximizar su potencial.