Recuerda que la agilidad no es un "recetario" que se aplica igual en todas partes. Para saber si estás en el camino correcto, te sugiero que te preguntes:
¿Cuáles son los problemas que estás tratando de resolver? ¿Son similares a los que se abordaron en los cases que estudiaste? ¿Qué prácticas estás implementando? ¿Son las más adecuadas para tu contexto y cultura? ¿Estás midiendo el impacto de las prácticas que implementas? ¿Estás viendo resultados positivos? Recuerda que la agilidad es un proceso de mejora continua. ¡No tengas miedo de experimentar, ajustar y aprender!