Si desde la niñez y adolescencia tratáramos el ikigai como concepto eje de nuestra vida, podríamos hacer que nuestra vida y la de nuestros cercamos sea mucho mejor, ya que estaríamos ayudándonos a ser mejores personas para nosotros mismos y como consecuencia ayudaríamos a una mejor sociedad. Este concepto de IKIGAI me ha dejado pensando en sí estoy dedicando el tiempo a lo que realmente amo, si soy bueno en lo que hago, si me pagan bien por lo que hago y si estoy siendo un buen aporte para mi entorno.