Al explorar el modelo de caja en CSS, comprendí que cada elemento HTML tiene una estructura invisible que influye directamente en cómo se presenta en pantalla. El hecho de que los navegadores apliquen estilos por defecto —como márgenes y rellenos— me hizo entender la importancia de usar un Reset CSS para tener un punto de partida limpio y uniforme. Esta práctica no solo mejora la coherencia visual entre navegadores, sino que también me da mayor control sobre el diseño. Ver cómo el contenido, el padding, el borde y el margen se relacionan entre sí me ayudó a visualizar el diseño como capas que se pueden manipular con precisión. Sin duda, este conocimiento marca un antes y un después en mi forma de construir interfaces web.