Falta de Entusiasmo Los años de la pandemia fueron neutrales, desde mi perspectiva completamente individual. Por un lado mi fracaso más grande fue el tener que abandonar un proyecto de vida profesional: la universidad, la cual estaba muy entusiasmado por emprender, sin embargo, fueron más grandes las presiones económicas las que me llevaron a conducirme por aprender un oficio y aportar al gasto familiar para evitar que todos sufrieramos los estragos del desempleo que fue casi universal en esa época. En la postpandemia, quizá es mi falta de prospectos laborales los que me impiden pensar de forma optimista hacia un futuro con ingreso más estable y en un ámbito que me pueda fortalecer humana y económicamente, como es la programación. Pienso que el haber recibido esta beca ha alimentado de forma marginalmente positiva a mi pundonor, pues estoy participando de forma muy consistente en los cursos y actividades con los que me voy a formar.
Pésima Priorización del Tiempo Este es un rubro que desde mi juventud me ha costado trabajo mejorar: impuntalidad, falta de administración, sobrecarga por negligencia... Pienso que si este curso me exige reconocer que solamente somos la computadora y algunos de mis compañeros de Discord los que vamos a estar empujandonos para salir adelante de este proceso, quien mejor que yo para garantizar una mayor vigilancia de los objetivos diarios que debo satisfacer para estar un paso más cerca de transformar mi vida laboral.